Segundo Encuentro

                                                Segundo Encuentro

Hoy les seguiré contando de mi buena amiga Giselle, con quién hubo un segundo encuentro que esperaba con atención, pues yo no estaba segura se fuera a producir; pero como no hay que perder la esperanza y estando ya informada de que el funeral de su amiga Magdelene sería a las 11:00am. Valía bien la pena el ir.
Era claro  que yo iba a hacer mi posible, en cuanto a ella, yo no lo sabia.  Ya que como ella dice,
los desplazamientos a su edad, demandan preparación y concierto.

Dejenme decirles que tiene muy buen sentido del humor, lo que le ayuda a sentirse optimista y hasta 

reírse de si misma.  Vino impecablemente vestida, de sastre gris y su misma carterita blanca que tan delicadamente porta.  Los sobrinos de su amiga la reconocieron con cariño y a medida en que algunos

de ellos hablaron para despedir a su tía, quién debió de ser una gran mujer a juzgar por lo dicho en el funeral y por algunos libros de biología que escribió, durante su tiempo de profesora e investigadora.

Se acordaba de mí y estaba atenta a que me sentara a su lado, me presento algunas personas de entre las cuales nos aseguramos encontrar a alguien que la reconduciera de vuelta a casa. Me sugirió de dejar mi Resume en la presbitería, lo que hice una semana después, hicimos el recorrido de la cruz

y me dijo que pasaría el verano donde una sobrina que vive distante, porque la canícula es muy fuerte

para ella.  Pero que a su regreso me encontrara.

Me presento a su amiga Simonne, quién esta ciega desde hace 15 años y que a pesar de ello mantiene

un precioso jardín. Tan pronto tenga tiempo le tomaré una foto para que vean de lo que les hablo.

Giselle con sus ojos de un profundo azul, me recuerda con su entusiasmo, que no importa que edad tengamos; siempre es posible vivir al abrigo de la ilusión de que habrá un nuevo mañana en el que voy a despertar con gratitud y podré hacer cosas de las que ni siquiera me esperaba.