El Hombre Caimán
En el pueblo del Plato (Magdalena) existe la leyenda del Hombre Caimán, y a su alrededor la fiesta que se hace en su nombre en el llamado Festival del Hombre Caimán, y una plaza y monumento en su homenaje, que son patrimonio cultural de la ciudad. Cuenta la leyenda que en Plato existió un pescador de nombre Saúl, a quien le fascinaba ver bañar a las jovencitas del pueblo, en el caño “Las Mujeres” del río Magdalena. El era muy sensual, pues le gustaba sobremanera ver las partes más íntimas del sexo femenino. Para estar muy cerca de las jovencitas, el pescador deseó convertirse en caimán. Viajó a la Guajira en donde un piache o chamán le preparó un bebedizo mágico, que echó en dos botellas, el líquido rojo para convertirse en caimán; y el líquido blanco para que lo volviera a su estado normal. El pescador Saúl se frotó el cuerpo convirtiéndose de inmediato en caimán; con ello se preparó para acercarse más a las mujeres del Plato, en condiciones especiales; y para tener el placer