El Hombre Caimán


En el pueblo del Plato (Magdalena) existe la leyenda del Hombre Caimán, y a su alrededor la fiesta que se hace en su nombre en el llamado Festival del Hombre Caimán, y una plaza y monumento en su homenaje, que son patrimonio cultural de la ciudad.

Cuenta la leyenda que en Plato existió un pescador de nombre Saúl, a quien le fascinaba ver bañar a las jovencitas del pueblo, en el caño “Las Mujeres” del río Magdalena. El era muy sensual, pues le gustaba sobremanera ver las partes más íntimas del sexo femenino.

Para estar muy cerca de las jovencitas, el pescador deseó convertirse en caimán. Viajó a la Guajira en donde un piache o chamán le preparó un bebedizo mágico, que echó en dos botellas, el líquido rojo para convertirse en caimán; y el líquido blanco para que lo volviera a su estado normal.

El pescador Saúl se frotó el cuerpo convirtiéndose de inmediato en caimán; con ello se preparó para acercarse más a las mujeres del Plato, en condiciones especiales; y para tener el placer de ver sus partes íntimas.

Un amigo de tragos fue su cómplice y siempre estuvo atento para rociarle el líquido blanco, que lo convertía de nuevo en ser humano.

Un día su amigo no lo pudo acompañar, por cual invitó a otro, quien se asustó cuando vio emerger al pescador Saúl en forma de caimán. Del susto dejó soltar la botella con el líquido blanco sobre las piedras. Sin embargo, unas pocas gotas cayeron sobre la cara, haciéndole recuperar únicamente la cabeza, por lo cual el resto del cuerpo quedó convertido para siempre en caimán.

Con la cabeza de hombre y el cuerpo de caimán, el pescador Saúl se convirtió en el más macabro terror para las mujeres del Plato, que no volvieron a bañarse en el río, por el temor de encontrarse con el hombre caimán. Por ello para llegar a alcanzar de nuevo la tranquilidad del pueblo del Plato, los pescadores se propusieron cazarlo en los pantanos o pescarlo en el río Magdalena.

La única persona que sabía la tragedia era su madre, quien le colocaba alimentos en determinados lugares, y en algunas ocasiones hablaba con él, quien le pidió insistentemente que buscar al indio piache o brujo en la Alta Guajira, para que de nuevo le preparara la botella del líquido blanco. Ella fue al lugar indicado, pero con gran sorpresa tuvo conocimientos de la muerte del brujo piache; y a pesar de sus contactos con otros piaches, ninguno pudo hacer el líquido blanco. Desesperada ante ello, la madre del Hombre Caimán murió con gran tristeza.

Saúl, «El Hombre Caimán» se abatió tanto por haberse quedado solo con la funesta tragedia, que decidió partir hacia el mar por el río Magdalena y Bocas de Ceniza. Desde entonces los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta el mar, estuvieron pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas. Así se convirtió en una leyenda que se ha trasmitido de generación entre los habitantes del Plato.

Textos tomados de www.memo.com.co sobre los mitos y leyendas de Colombia

Comments

  1. Bueno amiga,interesantísima la historia del hombre-caimán..Lo he visto y ha sido tremendo,sobretodo la desesperación de su madre,el miedo de las gentes y su locura huyendo de todos y de si mismo.

    Te felicito por esta leyenda tan bien contada y por tu amor a las tradiciones y a tu tierra.

    Mi abrazo y gratitud.
    M.Jesús

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  2. esta muy linda la leyenda te felicito

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  3. tenes demasiada inspiracion no se tu historial pero tenes una gran deztreza te felicito
    l
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    v
    e
    ...
    ♥ ♥ ♥
    ...

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  4. Gracias mi inspiración son los cuentos de mi tierra narrados por gentes cerca al Canal del Díque, del Magdalena y las Costas de mi amada Colombia, sólo soy aficionada a escribir pero con amor siempre de servir.

    Mi saludo.

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