La Verdadera Belleza La verdadera belleza es la que sale del corazón, de un corazón puro y limpio, que se muestra tal cual es, sin maquillajes, sin aspavientos, sin poses, ni fingimientos. Una mujer pura se regocija en las bondades de Maria, es limpia, acendosa y natural, tiene dignidad y humildad y reconoce el valor original de la vida. La pureza conserva la belleza, no importa que edad se tenga, es el ojo claro y nítido que ve todo, transparente, sin ataduras más que la voluntad determinada de amar sin condiciones, que contempla y aprecia todo lo positivo que nos dá la vida. Una mujer pura refleja su esencia interior, sus manos trabajadoras son suaves para acariciar, al animal indefenso, al niño recien nacido, al hombre extenuado, a la flor de frágil pétalos, al padre experimentado, al viejo cansado. Una mujer verdaderamente bella, lo emana desde su interior, no necesita de elixir, ní de fórmulas. El sostén de sus pechos es interno y no importa cuantos hijos haya tenido o cuant