Cae la tarde, Señor, y yo me acuerdo de ti... Hoy me he sentido especialmente sola. El mundo se agita, corre, sueña, baila, grita, ríe, llora, canta, hay dolor, hay alegría ... pero nada de eso hay en mí, solo la soledad es mi compañera y la tarde se va en un crepúsculo de suave luz... y yo, Señor, me acuerdo de ti. Vengo ante ti, Señor, que también estás solo, siempre esperando, y quiero ser tu compañía, pero yo necesito la tuya, ¡cómo te necesito, Señor! Quédate conmigo porque tu eres mi luz y sin ti estoy en tinieblas. Quédate conmigo, Jesús, porque necesito sentir tu presencia para no olvidarte porque ya ves con cuánta frecuencia te abandono. Quédate , Señor, conmigo, porque se hace tarde y se vienen las sombras, es decir, se pasa la vida, se acerca la cuenta, la eternidad y es preciso que redoble mis días, mis esfuerzos y que no me detenga en el camino de la oración y de dar más amor... por eso te necesito. En mi vida se está haciendo tarde, Señor, viene la noche, l