De Regreso

Queridos amigos, nuevamente con ustedes luego de unas merecidas vacaciones en mi tierra, junto a mis padres, hermanas y demas familiares. Solo falto mi abuelita, pero la visite en su ultima morada en el cementerio debajo de la sombra de una frondosa bonga, le hable por largo rato sentada en la banquita al frente de su sepultura y le dije tantas cosas que hubiera querido decirle cuando aún tenia vida, tal vez fué mejor así, de todos modos poco podia ella hacer para cambiar ciertas cosas y no tenia sentido de preocuparla.

En cambio ahora en la paz eterna que bien se merece, ella tiene la facultad de aconcejarnos si podemos abrir nuestros corazones en las más honestas confesiones, despues de todo siempre me solia escuchar y siempre tenia la respuesta oportuna a todas mis dudas. Puse bellas flores y junto a mis padres acicalamos su pequeño jardinsito. Abuelita gracias por mi padre por su salud y por el amor que profesa a mi madre y todos sus hijos y nietos.

Estuvimos en la finca y vimos los micos colorados saltando alegremente de rama en rama y a los osos peresosos sin inmutarse por tanto bullicio. Helena la esposa del capataz de la finca de mi padre cría cotorras las que entrena de manera muy maternal, algunas hasta hablan y entre ellas una muy grosera que profiere malas palabras y por tal razón siempre es la última en comer su ración de leche con maiz tibio, calentado en fogón de leña. Que rico banqute nos dimos, sancocho y arroz con coco. Comi tanta fruta que me sentia en el paraiso. Gracias a toda mi familia por la gran dicha que me proporcionaron, a mis hermanitas por todas sus delicadesas y atenciones, a mi sobrinita por su ternura y a mis padres por su amor incondicional.