Cómo corregir a nuestros hijos
Nos dice nuestro Señor que "si un hermano peca -o sea, falla en cualquier cosa de moral o dignidad en su comportamiento- repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, habrás salvado a tu hermano". Con esto nos está diciendo el Señor que la corrección es un bien y un servicio que se hace al prójimo. Pero aquí también hay reglas del juego, y hemos de tenerlas muy en cuenta para practicar cristianamente estos consejos de nuestro Señor. Veamos algunas de ellas.
La primera es que, antes de corregir a los propios hijos o a nuestros educandos, debemos estar muy atentos nosotros para no faltar o equivocarnos en aquello mismo que corregimos a los demás; y, por tanto, el que corrige -ya se trate de un maestro, de un educador y, con mayor razón, de un padre o madre de familia- debe hacerlo primero con el propio testimonio de vida y ejemplo de virtud, y después también podrá hacerlo con la palabra y el consejo. Nunca mejor que en estas circunstancias hemos de tener presente el sabio proverbio popular de que "las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra". Las personas –sobre todo los niños, los adolescentes y los jóvenes– se dejan persuadir con mayor facilidad cuando ven un buen ejemplo que cuando escuchan una palabra de corrección o una llamada al orden.
La segunda regla es que, al corregir, hemos de ser muy benévolos y respetuosos con las personas, sin humillarlas ni abochornarlas jamás, y mucho menos en público. ¡Cuántas veces un joven llega a sufrir graves lesiones en su psicología y afectividad por una educación errada! Y es un hecho que muchos hombres han quedado marcados con graves complejos, nunca superados, a causa de las humillaciones y atropellos que sufrieron en su infancia por parte de quienes ejercían la autoridad. Y no digo yo que no hay que corregir a los niños -dizque para no traumarlos, pero sí que hay formas y formas.
Espero poder guiar a mis hijos y alumnos, siempre con el buen ejemplo y tener la virtud de la templanza, siendo y empleando la palabra justa en el momento adecuado, sin ofender pero siendo firme y reconociendo lo bueno de lo malo sin agredir ni hacer daño.
Un post equilibrado, prudente y claro, amiga...
ReplyDeleteLa corrección siempre se debe hacer desde el amor y el deseo de superación, es cierto.
Mi gratitud y mi abrazo grande por tu cercanía y buenos posts.
Feliz día de la Asunción de la Virgen,MariCarmen.
M.Jesús
Tienes mucha razón, M de Jesús, el amor es siempre el más importante ingrediente.
ReplyDeleteFeliz día de la Asunción de la Virgen!
ReplyDeleteQuien mire tus ojos verá el brillo de un nuevo amanecer
Y quien tome tus manos sentirá la caricia de un atardecer.
Este es el sentimiento que brota en el interior del ceibo en flor
y que me apetece compartirlo con el horizonte de la alborada.
Para que el fin de semana sea perfecto,
En armonía con el saludo del pensamiento…
Un breve saludo no carente
De mi aprecio y afecto hacia ti!!
Atte.
María Del Carmen
Gracias Tocaya por ese saludo estimulante y pleno de calor humano.
ReplyDeleteReciproco son los buenos deseos de esperanza y bienestar.
Abrazos
Ante todo gracias por comentar en mi blog; el tuyo me parece muy interesante y la entrada llena de amor para con nuestro prójimo sea o no cercano.
ReplyDeleteMuchas gracias y feliz domingo.
Gracias Capuchina, para mi es enriquecedor visitar tu blog.
ReplyDeleteFeliz domingo en paz con el Señor!