No pierdas la Confianza



Lamentaciones 3:22

Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.

Amén. Amén. 
 En el diario vivir se sufre por situaciones que hieren, lastiman o perjudican. Es triste y doloroso cuando alguien nos dice: no te necesito, no te amo más, ya no confío en ti, pensé que eras otro tipo de persona y expresiones similares por alguna causa. Son palabras desgarradoras que nos hieren y traspasan el corazón. Sentimos un vacío profundo y los traicionados o perjudicados están tan dolidos que a veces levantan una barrera de auto defensa para todos y contra todos incluyendo a Dios. 

El perder la confianza en algo o en alguien es una experiencia dolorosa. Promesas incumplidas, palabras engañosas, traiciones, desconfianza, y mucho más. En este mundo solemos prometer, vamos a hacer, no te preocupes, cuenta conmigo, yo te respaldo, siempre te amaré, y la lista de apoyo y solidaridad es infinita. Sin embargo, suele pasar que al primer "amague de lluvia", como acostumbramos decir, todos salen corriendo con la excusa de buscar una sombrilla, capa o paraguas dejándonos solos en la tristeza y decepción.

 Estas experiencias nos hacen tener mucho cuidado en sostener relaciones de confianza con otros por muy buenas razones. Y en nuestra limitación humana es lo lógico y razonable para no volver a ser lastimados. Sin embargo, esa es la posición que el enemigo quiere que tomemos. Que desconfiemos, que no creamos en nadie, que cerremos puertas, que nos dejen solos y que no nos molesten. No nos dejemos engañar por el astuto diablo y menos dejarnos pisotear bajo la suela de su zapato.

En Lamentaciones 3:13-20 el profeta Jeremías atravesó circunstancias devastadoras que lo destruyeron emocionalmente. Su propio pueblo rechazó sus continuas invitaciones a recibir el amor de Dios y a seguirlo. Desesperado, dijo: "Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en el Señor" (versículo 18).

 Sin embargo, Jeremías no se aisló, aparto, ni le cerró las puertas al pueblo. Sino que fue a la única fuente de su fortaleza al considerar el amor inalterable de Dios, y declaró: "Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré" (versículos 22-24).

 Cuantos de nosotros nos identificamos al haber levantado barreras o muros de protección por causa de otros. Y cuantos más por el continuo pecado, dejadez, olvido, traición, pobre entendimiento y desobediencia a Dios, no merecemos ser consumidos, eliminados o traspasados.


 Continuaremos con tan importante tema en una próxima humilde reflexión.

 Es un nuevo amanecer.....el amor de Dios es inmutable e infalible, nunca cambia y nunca falla, abre tu corazón y recíbelo por siempre y para siempre
Bendiciones y un abrazo.



Firmes y Adelante


Comments

  1. Siempre tenemos que confiar y amar, aunque sabemos que muchas veces no somos correspondidos a tal amor, o somos traicionados.Muy buena reflexión Mª Carmen.
    Que el demonio no pueda con nosotros. Un abrazo grande para ti y para tus hijos.
    Dios y la Virgen os bendiga.¡GRACIAS!

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    Replies
    1. Que así sea querida Marian, que el maligno no pueda contra nosotros, nuestros hijos, hogares, familiares y amigos para permanecer sólidos en el Espíritu Santo.

      Dios y la Virgen permanezcan en ti amiga.

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  2. Si, MariCarmen, la vida nos prueba muchas veces, pero no debemos abandonar...Debemos empezar cada día, seguir confiando, aunque nos resulte difícil...
    El universo nos devuelve lo que damos y debemos ser constantes a pesar de todo.
    Mi gratitud y mi abrazo inmenso, amiga.
    M.Jesús

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