Madre Mía qué Prueba

Cada una de tus lágrimas, enjuagan y purifican, que gran carácter manifestaste en medio de todas las pruebas.
La vida en sí es una prueba, pero sobrepasaste la más grande de todas. Oh! Madre bendita, presenciar los padecimientos de Tú único hijo, qué gran tribulación.


No conocemos todas las pruebas que Dios nos dá, pero podemos anticipar algunas, por lo que nos dice su Palabra.  Serás probado mediante cambios drásticos, promesas retrasadas, pruebas difíciles, oraciones no contestadas, críticas inmerecidas e incluso tragedias sin sentido. He comprobado en mi propia vida cómo Dios prueba mi fé en los problemas, cómo prueba dónde esta mi esperanza al ver como uso mis posesiones, y cómo prueba mi amor a través de las personas.


A veces Dios se aleja intencionalmente y no sentimos su cercanía, pero porque no queremos ver, El se manifiesta en lo más inesperado, en la llamada de esa amiga que hace tanto tiempo no oías de ella, en la llamada de tus padres en esos momentos que necesitabas una voz de aliento, en el comentario oportuno de ese amigo en la distancia que te ánima a seguir incluso sin conocerlo personalmente, en el animalito necesitado que te hace sentir el poder de ayudar, en el anciano que clama por compañía, en el niño desorientado.  Ahí esta Dios presente!


Cuando entiendes que la vida es una prueba, te das cuenta de que nada es insignificante para tí.  Aun los percances más pequeños tienen significado para el desarrollo de tu carácter. Por eso cada día es importante para desarrollar el carácter, el demostrar amor y depender de Dios.  Algunas pruebas nos parecen abrumadoras y otras nisiquiera las sientes.  Pero todas ellas tienen implicaciones eternas.


!Bendita Madre, acompañame durante todas mis Pruebas!


MariCarmen