Subida a la Popa a Visitar Virgen de la Candelaria

Se apróxima el dos de Febrero y con ello las fiestas a la Virgen de la Candelaria en Cartagena-Colombia, todo un ritual religioso y culinario que hace la romeria de propios y extraños para devotamente visitar a la Virgen. Cuando hablo de rito os diré que la muchachada debe estar en buen estado físico y cada año por esta época se acordaba con antelación el sitio de reunión, para salir a las cinco am. En tiempos de mi padre cuando el tren pitaba, los muchachos doblaban el borde de los pantalones y dejaban sus cruces hechas artesanalmente el rededor de una piedra donde se decía habia aparecido la Santisima Virgen y emprendían la subida. Al llegar a la penúltima loma habia que cortar la varita de mata de chupachupa, indispensable para demostrar que se había llegado a la cima de la Popa.

Luego se tomaba el camino tramposo, llamado el trupillo y a subir se dijo, muchos rodaban de nalgas y resbalaban de cuatro patas con los pantalones rotos, pero al final se subía y al llegar a la gran cruz de cemento se sentaban a descansar un rato, algunos los más piadosos a rezar, para ese entonces había que buscar desayuno. En las mesas de fritangas todo un festín para escoger entre, buñuelos, carimañolas, pasteles, arroces con coco, con frijoles o de pollo. Sin hablar de los dúlces de toda variedad de frutas, (mi preferido las bolas de tamarindo) y las alegrías de las palenqueras.

Desde alli tambien se veían a las personas que entraban y salían a la Ermita, que a las ocho am comenzaba.
En ese momento se entraba a la capilla del convento de la Popa a oír misa y visitar nuestra amada Virgen de la Candelaria, vestida con los más bellos ropajes en su altar que se trajo del convento de Santa Clara, evitando con ello ser robado por los piratas que asaltaban a la ciudad, en su ambición del oro con el que esta bellamente repujado.

Algunos después de almorzados subían al segundo piso del convento y se tiraban en el suelo a hacer una pequeña siesta, hasta esperar las cuatro pm, hora en que se bajaba a la Virgen en procesión y la acompañaban hasta dejarla en la Ermita del Pie de la Popa.  Esto lo cuento porque junto a mis amigas del colegio yo también me rompí los pantalones en los caminos tramposos de la subida a la Popa .